El obispo David M. O'Connell, C.M., actualizó las directrices litúrgicas-pastorales en el tiempo de la pandemia, como se relacionan a la celebración pública limitada de la Misa y los Sacramentos dentro de la Iglesia. El documento por completo sigue; las actualizaciones se ven en
rojo.
Actualizadas y aprobadas: 11 de septiembre
Directrices litúrgicas-pastorales en un tiempo pandémico Celebración pública limitada de la Misa y los Sacramentos en Iglesias
Misas públicas permitidas “dentro de la iglesia” desde Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, 13-14 de junio, 2020
Misas públicas diarias de entre semana “dentro de la Iglesia” desde lunes, 8 de junio, 2020
Comentarios introductorios
El COVID-19 sigue siendo un virus virulento que se contagia entre personas. Todos deben mantenerse alertos y conscientes de que siguen existiendo riesgos de contratar o proliferar la enfermedad en cualquier reunión de personas, estén adentro o afuera. Los expertos de salud pública consideran que hay mayor riesgo especialmente adentro en reuniones o momentos prolongados y sedentarios en donde toser, estornudar y hasta hablar/cantar podría contagiar el coronavirus fácilmente.
Las personas que están miedosas, que tienen una diagnosis o síntomas del COVID-19, que pueden ser portadores no-sintomáticos, que no se sienten bien, que tienen otras complicaciones de salud o quienes están en una categoría de alto riesgo deben evitar todo tipo de reunión pública, estén adentro o afuera.
Como el obispo de Trenton, la Iglesia me ha encomendado con la responsabilidad de ejercitar el proveer de las necesidades espirituales de los fieles. No puedo hacer eso eficazmente si ignoro su salud física y bienestar o si arriesgo esa salud o bien común. Con eso en mente, haciendo caso a los oficiales de salud pública y otros datos científicos, dirigí a los clérigos y fieles de la Diócesis seguir los trascursos de acción que hemos escogido durante los últimos meses.
Sin embargo, les hacen falta la Santa Eucaristía a los fieles católicos para su salud espiritual y bienestar. Es una parte esencial de la vida católica y no podemos seguir sin la Eucaristía y otros sacramentos indefinidamente. La pandemia del COVID-19 impuso sacrificios temporáneos, pero necesarios, a nuestras vidas como católicos. Los fieles han llevado las cargas espirituales heroicamente. Nuestros clérigos y yo hemos compartido las cargas también, privados, como hemos estado, de la oportunidad de ejercitar muchos de los ministerios pastorales y litúrgicos por los cuales fuimos ordenados como obispo, sacerdotes y diáconos. Ha sido nuestra meta común durante esta pandemia ministrar lo mejor posible en la esperanza de que la restauración gradual a la plena vida católica ocurriera tan pronto que fuera posible.
Se ha otorgado una dispensa de la obligación de Misa dominical o de solemnidades para que los fieles pudieran “quedarse en casa” en conciencia. Nuestros párrocos y sacerdotes han compartido las Misas y mensajes a través de transmisiones virtuales para mantener fuerte y consistente nuestra fe católica. Se abrieron las iglesias para la oración personal. Donde ha sido posible y factible, han provisto Misas “en carro” afuera, ofreciendo a los fieles que podían/pueden participar la oportunidad de comulgar el Cuerpo y la Sangre de Cristo en la Eucaristía.
Mientras manejo las precauciones físicas de la salud pública que se han considerado necesarias y el bienestar espiritual de los fieles, he decidido reanudar oportunidades limitadas para que los fieles vuelvan a sus iglesias parroquiales, mientras mantienen las precauciones necesarias y requeridas de salud pública que se puede encontrar en las directivas de las CDC (Centros de Control de Enfermedades por sus cifras en inglés), mientras la Diócesis gradualmente y seguramente se mueve hacia la restauración completa de la vida católica espiritual y sacramental. El equipo pos-pandémico de párrocos (P4) que establecí el 3 de mayo, 2020, bajo el liderazgo del monseñor Thomas Gervasio, vicario general, ha elaborado las siguientes “directrices ” que estoy mandando que sean observadas para participar en las Misas “dentro de la iglesia” y la administración de los sacramentos en la Diócesis de Trenton.
Directrices comunes observadas por todas las parroquias hasta mayor aviso
La dispensa de la obligación de la Misa dominical/solemnidades sigue en efecto hasta mayor aviso. Se puede cumplir el deber Pascual antes del Primer Domingo del Adviento, 29 de noviembre, 2020 si sea posible. Las enseñanzas eclesiales sobre 'el deber Pascual', encontradas en el catecismo y el código de derecho canónico, indican que los fieles tienen una obligación de comulgar el Sacramento de la Santa Eucaristía - procedido por la confesión sacramental, si esté hay conciencia del pecado grave - por lo menos una vez al año, normalmente durante el Tiempo de Pascua, si no haya 'causa justa' que requiere que se lo cumpla en otro momento del año. En la Diócesis de Trenton, ha sido imposible cumplir con estas obligaciones hasta que los sacramentos sean disponibles de nuevo.
Las iglesias parroquiales recibieron permiso para comenzar la celebración de Misas públicas limitadas “dentro de la iglesia” el 13-14 de junio, la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, observando todos los requisitos enumerados en seguida. Las Misas diarias públicas “dentro de la iglesia” podían comenzar el lunes, 8 de junio, 2020, observando los mismos requisitos.
La participación en vivo en TODAS las Misas dentro de la iglesia a 1/3 de la capacidad del edificio. Se requiere llevar mascarillas/tapabocas, mantener el distanciamiento social y cumplir con los protocolos de limpieza y sanitación.
Los párrocos determinarán las maneras más eficaces y justas para implementar la cantidad de integrantes.
Las personas que están miedosas o que tienen reservaciones por cuestiones acerca el COVID-19, además de personas que tienen una diagnosis o síntomas del COVID-19, que pueden ser portadores no-sintomáticos, que no se sienten bien, que tienen otras complicaciones de salud o quienes están en una categoría de alto riesgo deben evitar todo tipo de reunión pública.
Los párrocos determinarán el horario de Misas y se puede escoger un lugar más apropiado según las necesidades parroquiales y las direcciones locales. Si la Misa se llevará a cabo en una propiedad no parroquial, se debe obtener todos los permisos y seguros necesarios.
Se debe utilizar una sola entrada a la iglesia para monitorear la cantidad de personas asistiendo. Se puede usar todas las puertas para salir. Los párrocos deben elaborar un plan para que la salida después de la Misa sea ordenada, como por ejemplo de banca a banca.
Se debe ubicar contenedores para las colectas/ofrendas en la entrada y en todas las salidas si no hay manera más segura de llevar a cabo la colecta durante la Misa. Se debe recordar a los feligreses de la presencia de estos contenedores y de las oportunidades digitales para apoyar a su parroquia durante este tiempo de necesidad especial.
El mayor porcentaje de asientos mencionado arriba determinará la cantidad de Misas necesarias para acomodar a los feligreses, manteniendo en mente el tiempo necesario para desinfectar la iglesia entre las Misas.
En las parroquias donde no hay espacio adecuado para acomodar a una cantidad suficiente de feligreses, se puede ofrecer Misas afuera, observando todas las precauciones de salud pública enumeradas en estas directivas. Los párrocos deben primeramente considerar como OPCIONES los salones y auditorios parroquiales, para más participantes o proveer ambas Misas adentro y afuera.
Los párrocos determinarán si o no seguir con la transmisión virtual de las Misas.
Se permite devociones de grupos dentro de la iglesia, pero limitadas a 1/3 de capacidad. Se requiere llevar mascarillas, mantener el distanciamiento social y cumplir con los protocolos de sanitación y limpieza.
Se permite llevar a cabo reuniones parroquiales en otros locales de la parroquia pero participación está limitada a 25% de la capacidad. Se requiere llevar mascarillas, mantener el distanciamiento social y cumplir con los protocolos de sanitación y limpieza. No se permite servir bebidas ni comida. Se debe registrar la asistencia por si acaso que se necesita poder encontrar contactos de personas positivas con el COVID.
No se permite ninguna reunión ni reencuentros públicos antes ni después de las Misas, en las entradas/salidas ni en la propiedad parroquial.
Se tiene que quitar de las iglesias todos los misales, cancioneros, materiales imprenta, folletos, etc.
Se prohibe repartir volantes, vender rifas, firmar peticiones y vender cosas religiosas adentro ni afuera de la iglesia hasta mayor aviso.
Quedan vacías todas las fuentes y contenedores de Agua Bendita.
Los párrocos pueden abrir los baños públicos dado que se los desinfecta regularmente.
Un cantante puede cantar desde arriba donde cantan los coros o atrás de una maya clara cuando en frente de la asamblea. La congragación no debe participar en cantar para prevenir cualquier contagio del COVID-19. No se puede usar coros.
Se debe publicar/postear todas las directivas en los boletines digitales, las páginas web, las redes sociales y en las entradas de la iglesia.
Hay que llevar máscarillas en todas las Misas públicas, sean adentro o afuera; se debe lavar las manos con jabón/agua regularmente o usar desinfectante llevado de casa; hay que mantener el distanciamiento social (6 pies) entre grupos de personas de la misma casa y cualquier otro grupo/individuo y entre individuales en todas las Misas, sean adentro o afuera. Se recomiende demarcar bancas.
Se prohíbe la presentación usual de regalos y ofrendas y cualquier forma de contacto físico en el Saludo de Paz.
La Comunión está restringida a la hostia consagrada y no se puede ofrecer ni compartir el cáliz. Se pide que todos comulguen en la mano. Se otorga una dispensación de la Comunión en la mano para las Misas de la Forma Extraordinaria. Donde se distribuye la Comunión en la lengua, el sacerdote tiene que desinfectar las manos entre comulgantes.
Se sugiere los siguientes métodos para la distribución de la Santa Comunión por el sacerdote, diácono o, cuando sea necesario, el ministro extraordinario:
Hacer fila como lo normal, pero manteniendo el distanciamiento social (6 pies) entre comulgantes
Pasar entre las bancas como se hace en las Misas de Unción de los Enfermos
Los sacerdotes no recibirán ni se reunirán con los fieles después de la Misa.
Directricespara los celebrantes y otros ministros de la Misa
Lavar o desinfectar las manos antes y después de Misa.
Celebrantes no deben llevar mascarillas durante la celebración de la Misa, sino solamente mientras distribuyen la Santa Comunión.
Se debe mantener el distanciamiento social en el santuario.
Las homilías deben ser breves.
Se debe cubrir las hostias y elementos litúrgicos en la credensa (mesita litúrgica) hasta ponerlos en el altar.
Ubicar las hostias en el corporal a la orilla del altar y no directamente en frente del celebrante.
Se debe utilizar cálices individuales para los diáconos y los concelebrantes.
Se debe limitar el uso de monaguillos a cuando solo sean necesarios.
Se requiere lavar las manos con jabón/agua o usar desinfectante de manos antes y después de distribuir la Eucaristía.
Todos que distribuyen la Eucaristía tienen que llevar mascarillas.
Se debe lavar todos los recipientes usados durante la Misa inmediatamente después de la Misa con agua caliente y jabón.
Las parroquias que no están listas o que no pueden cumplir con estos requisitos deben postergar las Misas “dentro de la iglesia” hasta el momento que estén preparados y capaces. El párroco determinará eso.
Directricespara la celebración pública limitada de los Sacramentos en la iglesia hasta mayor aviso
EL SACRAMENTO DE RECONCILIACIÓN
Como ha sido de por toda la pandemia, la Confesión sigue ser disponible cuando sea necesario.
No se debe utilizar los confesionales.
Se permite y se recomiende las confesiones afuera.
Para confesiones adentro, se debe utilizar un área bien ventilado que hará posible el distanciamiento social.
Ambos el sacerdote y el penitente deben cuidar todas las precauciones para las confesiones, respetando la dignidad y la confidencialidad del Sacramento.
El sacerdote y el penitente tienen que llevar mascarillas.
Para disminuir el posible contagio del COVID-19, los penitentes pueden optar por pararse o arrodillarse. Si hay una silla o banquita, se la tiene que desinfectar después de cada uso.
Se permite confesiones “en carro” dado que están arreglados para facilitar una administración ordenada y apropiada del Sacramento, observando las normas del distanciamiento social y la protección de la confidencialidad del Sacramento.
El confesor puede optar por ubicarse en un lugar indicado afuera o por sentarse en su propio vehículo para que el penitente se acerque en su carro para que las puertas/ventanas facilitan la conversación.
Solo se puede celebrar el Sacramento con una persona en el vehículo.
No se permite la absolución general en la Diócesis de Trenton si no está explícitamente permitido por el obispo según las normas del derecho canónico.
EL SACRAMENTO DEL BAUTISMO
Se pospone la celebración del Bautismo dentro de la Misa.
Se debe llevar a cabo las celebraciones bautismales (no las Misas) con una familia a la vez.
Considerar programar bautismos en otros días además de los domingos.
Se debe adherir a las normas del distanciamiento social con un máximo de 150 participantes.
Todos presentes deben llevar mascarillas.
Solamente los padres y los padrinos pueden cargar al infante durante las ceremonias.
Se debe usar desinfectante de mano cuando haya contacto físico antes, durante y después del Bautismo.
Se debe bendecir, usar y desechar agua bautismal fresca después de cada celebración; utilizar una “conchita” u otro implemento para echar el agua en el acto de bautizar. Se prohíbe usar las manos solamente para echar el agua.
Se debe hacer la señal de la cruz y otras unciones con algodón o bastoncillo (Q-tip); se debe quemar o enterrar el algodón o bastoncillo que se usa para la unción después.
El celebrante puede optar por omitir el Ungir con el Óleo de los Catecúmenos y “
Ephpheta”, pero se prohíbe tocar durante “
Ephpheta”.
Opciones en cuanto la vestimenta bautismal:
Presentar la vestimenta bautismal (envuelto en plástico sin haber abierto el paquete) a los padres/padrinos quienes la ponen en el infante mientras el celebrante dice, “Nombre… eres una nueva creación…”
Si el celebrante refiere a la vestimenta que el infante ya tiene puesta, no presenta la vestimenta y dice, “Nombre… eres una nueva creación…”
No se permite fotos en la iglesia y el celebrante no recibirá ni tendrá contacto físico con los fieles después del Bautismo; las familias deben salir de la iglesia inmediatamente después del Bautismo de manera ordenada.
EL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
Además que las ceremonias nupciales, se puede celebrar Misas nupciales dentro de la iglesia. El párroco lo determinará según las circunstancias particulares de la parroquia.
Se limita la cantidad de participantes a 1/3 de la capacidad de la iglesia, al igual que otras Misas.
Se pide a los celebrantes mantener breves a las liturgias y homilías.
La cantidad de personas tiene limite de 25 personas, como en las Misas diarias entre semana; se puede ofrecer transmitir la ceremonia virtualmente.
Todos presentes tienen que llevar mascarillas (menos los novios).
Se tiene que observar el distanciamiento social durante toda la celebración.
No se puede distribuir/usar libritos, cancioneros, papeles ni programas en la iglesia.
No se puede hacer saludos en las puertas.
El celebrante se mantendrá a por lo menos 6 pies de los novios, ejemplo: en el otro lado del altar.
Solo el novio debe cuidar los aros matrimoniales.
Se prohíbe la señal de la paz y cualquier forma de contacto físico entre los participantes, menos que los novios.
El celebrante puede determinar incluir o desanimar usar costumbres particulares o étnicas que pueden arriesgar el distanciamiento social.
Se prohíbe hacer filas de recibimiento de todo tipo; los participantes deben salir de la iglesia inmediatamente después de la ceremonia.
El celebrante debe elaborar un plan para una salida ordenada de la iglesia, ejemplo: por banca o, tal vez, con el mismo plan que se utilice para las Misas dominicales públicas “dentro de la iglesia”.
Se prohíbe fotos de grupos en la iglesia después de la ceremonia.
Se permite y anima la transmisión virtual de la ceremonia.
FUNERALES CATÓLICOS EN LA IGLESIA
[MISA SIN LA PRESENCIA DEL CUERPO DEL DIFUNTO]
Se debe observar todas las directrices de la celebración pública de las Misas “dentro de la iglesia”.
Todos deben llevar mascarillas y mantener el distanciamiento social.
No se permite cualquier contacto físico en la iglesia.
Se debe utilizar los textos para “Misas por los Difuntos” en lugar de los textos para la Misa del Exequias Cristianas.
[RITOS FUNERARIOS EN LA PRESENCIA DEL CUERPO DEL DIFUNTO]
Vigilia por el difunto
Se prohíbe las visitaciones y vigilias en la iglesia y se las debe llevar a cabo en los lugares funerarios u otro lugar apropiado y digno.
El ataúd debe ser cerrado antes de que el ministro empiece.
Todos presentes deben llevar mascarillas y mantener el distanciamiento social.
Se puede bendecir el agua bendita antes o durante la Misa para rociar el cuerpo. No se debe dejar el agua bendito en ningún contenedor ni fuente publicamente.
Misa del Entierro Cristiano
Hay que observar todas las directivas de la celebración de las Misas públicas “dentro de la iglesia”.
Se tiene que mantener el distanciamiento social en todo momento y llevar mascarillas.
La cantidad de personas presentes no debe pasar 1/3 de la capacidad de la iglesia.
Se prohíbe el contacto físico entre los participantes.
Se pospone el uso del féretro.
Se puede bendecir, usar y echar apropiadamente al agua bendita y se puede usar el incienso.
Se permite y anima la transmisión virtual de la Misa.
Para el entierro, la cantidad de participantes debe seguir las regulaciones estatales de New Jersey para los cementerios y se prohíbe el contacto físico entre los participantes.
EL SACRAMENTO DE LA UNCIÓN DE LOS ENFERMOS
En cualquier facilidad de salud, los sacerdotes deben seguir las precauciones de salud requeridas por el personal médico de la institución; los sacerdotes deben desinfectarse inmediatamente después de la visita.
En el hogar del enfermo: desinfectar las manos antes de entrar al hogar e inmediatamente después de la visita.
Hay que llevar mascarillas.
Sea en una institución de salud o en el hogar, se debe usar algodón o un “Q-tip” para ungir y se lo debe quemar o enterrar después de usarlo.
Comentarios finales
Al igual que con la celebración de las Misas públicas “dentro de la iglesia”, las parroquias que no están listas o que no pueden cumplir con estos requisitos deben postergar administrar los Sacramentos hasta el momento en que estén preparadas y capaces. El párroco determinará eso.
Al reconocer que es imposible anticipar toda pregunta o situación parroquial concebible, los sacerdotes están dirigidos a usar el buen juicio pastoral y el sentido común en tales situaciones, mientras se observa estas directivas.
Estas directrices actualizadas están temporáneas y siguen en efecto hasta que el obispo las rescinde.
Aprobado por:
El reverendísimo David M. O’Connell, C.M., J.C.D.
Obispo de Trenton
11 de septiembre, 2020