Las decisiones del proceso Fe en Nuestro Futuro, anunciadas por el Obispo O’Connell, unen a las parroquias de la Diócesis de Trenton en 25 cohortes de parroquias colaborativas. Todas estas parroquias, también las parroquias que serán vinculadas o unidas en los próximos tres años, colaborarán en los ministerios con las parroquias vecinas.
Se puede definir la colaboración como personas u organizaciones que trabajan juntos para lograr con éxito una meta en común. La colaboración va más allá que la cooperación ocasional y la coordinación de los horarios de las Misas o Confesiones. En la colaboración, dos o más parroquias se ponen de acuerdo formalmente para trabajar juntas de alguna manera específica hacia un futuro en común.
La colaboración entre parroquias es consistente con la naturaleza de la Iglesia como el Cuerpo de Cristo; pero no es el fin en sí. La razón de la colaboración es hacer posible que todas las parroquias sean más eficientes con respecto a la evangelización. Se le puede comparar con el yugo que dispersa el peso entre dos bueyes y que les permite jalar una carga más pesada que solo uno no podría jalar solo. La colaboración hace posible liberar recursos preciosos que se podría usar para nuevas estrategias o permitir a la parroquia alcanzar a las personas en las periferias. La colaboración enfoca a las parroquias en metas comunes, ayudándoles de eliminar cualquier sentido de competencia y, juntas, aumentando el impacto que tienen en las vidas de los residentes locales.
Aquí está un ejemplo de cómo una cohorte de tres parroquias podría colaborar:
Dos parroquias vinculadas comparten a un párroco, dos diáconos permanentes, un administrador de negocios y un director de educación religiosa. Estas parroquias tienen un concilio pastoral unido y sus concilios financieros se reúnen juntos tres veces al año para considerar como compartir los recursos. Estas parroquias “hermanas” comparten un ministerio activo entre los pacientes en los hospitales y con los ancianos confinados a casa.
Las parroquias de la cohorte dividen los gastos de contratar a un coordinador de la pastoral juvenil para desarrollar la participación juvenil y la pastoral juvenil en las tres parroquias. Voluntarios de las tres parroquias apoyan al coordinador para organizar unas actividades grandes, retiros y proyectos de servicio para unir a los grupos, además de organizar reuniones semanales para cada comunidad parroquial. El coordinador de pastoral juvenil ayuda a promover el liderazgo juvenil entre los jóvenes; provee entrenamiento y acompaña a jóvenes a que sirvan como asesores a sus compañeros, a los “capitanes” de los monaguillos, a los asistentes de la educación religiosa, y a los músicos y lectores para la Misa.
Un equipo de ministerio matrimonial responde a las necesidades de Pre-Caná y el enriquecimiento matrimonial de las parroquias de la cohorte. Se organiza el apoyo de rehabilitación de adicciones y los grupos de apoyo a personas que han experimentado una pérdida a nivel de la cohorte. Estos esfuerzos no pertenecen a una sola parroquia y las cuales las otras están invitadas a participar; sino que son esfuerzos compartidos. Las personas que “sirven” y las personas “servidas” son de las tres parroquias. Se toma en cuenta el ofrecer los programas en lugares y durante horarios en los que los católicos inactivos pueden estar más dispuestos a participar, además de los horarios de los feligreses activos en la vida parroquial.
Cada cohorte consiste de en entre dos a seis parroquias. Como se puede ver en el ejemplo, las parroquias pueden colaborar con una parroquia o con varias parroquias. La forma que toma la relación colaborativa en cada cohorte solo se limita por la capacidad de la cohorte de imaginar maneras en las que pueden trabajar juntas.
La sra. Terry Ginther sirve como la directora ejecutiva de la Oficina de la Vida Pastoral y Misión para la diócesis.