El Obispo David M. O’Connell, C.M., publica el siguiente mensaje el 16 de agosto en los medios diocesanos, y pide que se lo lea en todas las Misas del fin de semana del 18 y 19 de agosto.
Como Obispo de la Diócesis de Trenton, yo comparto la repugnancia, el asco y el enojo que los fieles y el clero de la Diócesis se sienten al ver las revelaciones recientes sobre el abuso sexual de menores por el clero en las décadas pasadas. Nuestra Diócesis también conoce demasiado bien experiencias parecidas de abusos pasados, por las cuales, yo como el obispo nunca podré adecuadamente pedir el perdón de las personas afectadas, de las personas que han sido tan profundamente lastimadas. Aunque hayamos incorporado medidas para la futura prevención y entregamos cada reporte de abuso sexual de menores a los fiscales, ofrece poca consolación a las personas que han sido dañadas por la Iglesia y su clero. Yo ofrezco mis más sinceras y profundas disculpas a todas ellas y a todos los fieles y el clero de los cuales otra vez les hace cuestionar su fe. Yo oro diariamente por los víctimas y los sobrevivientes y por todos ustedes, que “ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 8: 39).
El Reverendísimo David M. O’Connell, C.M.
Obispo de Trenton