Ahora que nos acercamos al final del tiempo santo de la Cuaresma, es tiempo en que todos los católicos se preparan profundamente para la conmemoración anual de la Iglesia de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús.
Antes de la reforma del calendario litúrgico de la Iglesia Católica en el 1969, se refería al Quinto Domingo de Cuaresma que acabamos de celebrar como “Domingo de la Pasión”. Señalaba el comienzo de un periodo de dos semanas antes de la Pascua que se conocía como “Passiontide”, en inglés “Marea de la Pasión”, cuando se leía por primera vez la historia del Evangelio sobre la Pasión del Señor en la liturgia y las oraciones sobre la traición, condenación, sufrimiento y muerte de Jesús. Tapaban las cruces y estatuas de las iglesias en telas moradas en “Domingo de la Pasión” y se las mantenían cubiertas hasta el final de Semana Santa.
Aparte de comunidades católicas que mantienen el calendario litúrgico del 1962 y celebran los rituales de la forma extraordinaria, la Iglesia ya no llama al Quinto Domingo de Cuaresma “Domingo de la Pasión” ni usa la expresión “Passiontide” para referirse a las dos semanas antes de la Pascua. La costumbre de cubrir cruces y estatuas con telas, sin embargo, ha seguido con la aprobación de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos destapándolas después de los servicios de Viernes Santo.
Ahora se refiere al Domingo de Ramos, el comienzo de Semana Santa, como “Domingo de la Pasión”, con la proclamación de la Pasión del Señor.
Ahora que la Iglesia Católica se acerca a Semana Santa, el papa Francisco nos ha recordado:
“Semana Santa es un tiempo privilegiado cuando estamos llamados a acercarnos a Jesús: se siente la amistad con él en momentos de dificultad. … Vivir la experiencia de Semana Santa es entrar cada vez más hacia la lógica del amor y entrega de Dios” (30 de marzo, 2015).
“Vivir Semana Santa siguiéndole al Señor Jesús significa aprender cómo salir de nosotros mismos para alcanzarnos al prójimo, salir a las periferias de la existencia, ser los primeros de tomar pasos hacia nuestros hermanos y hermanas, especialmente aquellos más apartados, los olvidados, quienes más necesitan de la comprensión, consuelo y ayuda. Hay tanta necesidad de compartir la presencia viva de Jesús, una presencia de misericordia y llena del amor” (27 de marzo, 2013).
“Para que cuando nos sintamos entre la espada y la pared, cuando nos encontremos en un callejón sin salida, sin luz y sin escapatoria, cuando parezca que ni siquiera Dios responde, recordemos que no estamos solos. … He aquí hasta dónde Jesús fue capaz de servirnos: descendiendo hasta el abismo de nuestros sufrimientos más atroces, hasta la traición y el abandono. … Estamos en el mundo para amarlo a Él y a los demás. El resto pasa, el amor permanece. … En este tiempo nos obliga a tomar en serio lo que cuenta, a no perdernos en cosas insignificantes, a redescubrir que la vida no sirve, si no se sirve. … pidamos, mirando al Crucificado, la gracia de vivir para servir. Procuremos contactar al que sufre, al que está solo y necesitado. No pensemos tanto en lo que nos falta, sino en el bien que podemos hacer” 5 de abril, 2020).
Aquí comparto unos pensamientos y oraciones litúrgicas para sus reflexiones de Semana Santa.
DOMINGO DE RAMOS
EVANGELIO: Al día siguiente muchos de los que habían ido a la fiesta se enteraron de que Jesús se dirigía a Jerusalén; tomaron ramas de palma y salieron a recibirlo, gritando a voz en cuello: “¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito el Rey de Israel!” (Juan 12:13).
“El Domingo de Ramos es el gran pórtico que nos lleva a la Semana Santa, la semana en la que el Señor Jesús se dirige hacia la culminación de su vida terrena. … Que el Domingo de Ramos sea para vosotros el día de la decisión, la decisión de acoger al Señor y de seguirlo hasta el final, la decisión de hacer de su Pascua de muerte y resurrección el sentido mismo de vuestra vida de cristianos, esta es la decisión que conduce a la verdadera alegría. … cómo los antiguos Padres de la Iglesia han visto un símbolo de todo esto en el gesto de la gente que seguía a Jesús en su ingreso a Jerusalén, el gesto de tender los mantos delante del Señor. Ante Cristo – decían los Padres –, debemos deponer nuestra vida, nuestra persona, en actitud de gratitud y adoración” (Papa Benedicto XVI, homilía, 1 de abril, 2012).
“Corramos, pues, con el que se dirige con presteza a la pasión, e imitemos a los que salían a su encuentro. No para alfombrarle el camino con ramos de olivo, tapices, mantos y ramas de palmera, sino para poner bajo sus pies nuestras propias personas, con un espíritu humillado al máximo, con una mente y un propósito sinceros, para que podamos así recibir a la Palabra que viene a nosotros y dar cabida a Dios, a quien nadie puede contener” (San Andrés de Creta, sermón).
Oremos. Dios siempre vivo, quien, para darnos ejemplo de humildad que la raza humana siguiera, causó a nuestro Salvador encarnarse y entregarse a la Cruz, pidamos la gracia de seguir su ejemplo de sufrimiento paciente y entonces merecer una parte de su Resurrección. Quien vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, Dios por siempre. Amén.
DOMINGO DE RAMOS DE LA PASIÓN DEL SEÑOR • 28 de MARZO: el obispo O’Connell celebrará la Misa de las 10a.m. en la Iglesia San Pablo, Princeton, en inglés.
El Domingo de Ramos, o Domingo de la Pasión, celebra la entrada triunfante de Jesús a Jerusalén para la fiesta judía de Pascua. *Por limitaciones de la pandemia, las directrices comunicadas por el obispo O'Connell para el Domingo de Ramos incluyen la omisión de la procesión y la entrada solemne al comienzo de la Misa. Se bendicirán las palmas - disponibles después de la Misa mientras los fieles salen de la Iglesia.*
JUEVES SANTO
EVANGELIO: Cuando terminó de lavarles los pies, se puso el manto y volvió a su lugar. Entonces les dijo: “¿Entienden lo que he hecho con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien, porque lo soy. Pues, si yo, el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros. Les he puesto el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo he hecho con ustedes” (Juan 13:12-15).
También tomó pan y, después de dar gracias, lo partió, se lo dio a ellos y dijo: “Este pan es mi cuerpo, entregado por ustedes; hagan esto en memoria de mí”. De la misma manera tomó la copa después de la cena, y dijo: “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por ustedes” (Lucas 22:19-20).
“Así pues, el lavatorio de los pies y el Sacramento de la Eucaristía son dos manifestaciones de un mismo misterio de amor confiado a los discípulos "para que, dice Jesús, lo que yo he hecho con ustedes, ustedes también lo hagan" (Papa San Juan Pablo II, homilía, 17 de abril, 2003).
“¿Qué es lo que Jesucristo hace en la Eucaristía? Es Dios, quien, como nuestro Salvador, se ofrece cada día por nosotros a la justicia del Padre. Si te encuentras en dificultad y tristeza, te consolará y aliviará. Si enfermo, te sanará o te dará la fuerza para que merezcas el cielo. Si el diablo, mundo y piel te atacan, te armará para luchar, resistir y tener victoria. Si pobre, te enriquecerá con todo tipo de riqueza de por el tiempo y eternidad. Abramos la puerta a su Corazón sagrado y adorable y nos envolvamos por un instante por las llamas de su amor y veremos lo que un Dios que nos ama puede hacer” (San Juan María Vianney).
Oremos. Oh Dios quien nos llama a participar en su Cena más sagrada por la cual tu Hijo único, a punto de encomendarse a la Iglesia un nuevo sacrificio para toda eternidad, el banquete de su amor, danos, pidamos, para que captemos de aquel misterio tan grande, la plenitud de la caridad y vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, quien vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, Dios por siempre. Amén.
JUEVES SANTO • 1 de ABRIL: El obispo O’Connell celebrará la Misa de la Cena del Señor a las 7 p.m. en la Iglesia San David el Rey, Princeton Junction, en inglés.
La Misa de la Cena del Señor conmemora cuando Jesús se reunió con sus discípulos para celebrar la Pascua. *Directrices diocesanas declaran que se omite el lavar de los pies y la procesión con la Santa Eucaristía al final de la Misa este año. Se debe ubicar la Santa Eucaristía en el tabernáculo o altar de resposo para que los fieles la adoren después de comulgar la Santa Comunión.*
VIERNES SANTO
EVANGELIO: Desde el mediodía y hasta la media tarde toda la tierra quedó sumida en la oscuridad, pues el sol se ocultó. Y la cortina del santuario del templo se rasgó en dos. Entonces Jesús exclamó con fuerza:
“¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!”. Y al decir esto, expiró (Lucas 23:44-46).
“Mientras ellos miraban, también nosotros vemos sus heridas mientras está en la cruz. Vemos su sangre mientras expira. Vemos el precio ofrecido por el redentor, tocamos las cicatrices de su resurrección. Él baja la cabeza como si fuera a darte un besito. Su corazón está plenamente abierto, para amarte. Sus brazos extendidos para poder abrazarte. Su cuerpo entero desplegado para tu redención. Contemplemos la plenitud de estas cosas increíbles. Captemos el peso de todo esto: tal como una vez cada parte de su cuerpo fue clavado a la cruz por ti, que sea ahora clavado a tu alma” (San Agustín, Comentario sobre las Escrituras).
“Miren, Jesucristo crucificado, la única fundación de nuestra esperanza; Él es nuestro intermediario y defensor; la víctima y sacrificio de nuestros pecados. Él es la bondad y gracia para quienes se la piden con corazón penitencial y humilde” (San Carlos Borromeo).
Oremos. Oh Dios, quien por la pasión de Cristo tu Hijo, abolió a la muerte heredera del pecado antiguo por cada generación subsiguiente, haz que, semejante a conformarnos con él, llevemos por la ley de la naturaleza la imagen del hombre terrenal, para que a través santificarnos por la gracia, llevemos en nosotros la imagen del Hombre del Cielo. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
VIERNES SANTO • 2 de ABRIL: El obispo O’Connell presidirá la conmemoración de la Pasión del Señor a mediodía en la Catedral Santa María de la Asunción, Trenton, en inglés.
Viernes Santo, un día de ayuno para la Iglesia, conmemora la Crucifixión y Muerte de Jesús. *Directrices de la pandemia incluyen que se prohíbe el contacto físico durante la Veneración de la Cruz.*
SÁBADO SANTO DE LA MAÑANA
EVANGELIO: Ambos tomaron el cuerpo de Jesús y, conforme a la costumbre judía de dar sepultura, lo envolvieron en vendas con las especias aromáticas. En el lugar donde crucificaron a Jesús había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo en el que todavía no se había sepultado a nadie. Como era el día judío de la preparación, y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús (Juan 19:40-42).
“Su Cruz queda vacía en un mundo silenciado. Por horas de angustia y miedo, en la quietud, la tierra espera la Resurrección mientras Cristo baja para despertar a los muertos” (Anónimo).
“Ni en la Cruz se escondió de la vista; sino que Él hizo que toda creación atestiguara a la presencia de su creador. Entonces, dejando claro de que se había muerto realmente, Él no permitió que el templo de su cuerpo se quedara tanto, resucitándolo en el tercer día, impasible e incorrupto, el voto y prueba de su victoria” (San Atanasio de Alexandria).
Oremos. Dios todopoderoso y siempre vivo, tu único Hijo bajó a los muertos y se resucitó en la gloria. En tu bondad, resucité a tu pueblo fiel, enterrado con él a través del bautismo, para unirse a él en la vida eterna del cielo, donde vive y reina contigo y el Espíritu Santo, Dios por siempre. Amén.
En la fe, miramos y esperamos.
SÁBADO SANTO • 3 de ABRIL: El obispo O’Connell celebrará la Vigilia Pascual a las 8 p.m. en la Iglesia San Domenico, Brick.
Aunque se celebra la Misa en la tarde del Sábado Santo, la liturgia de la Vigilia Pascual sirve como el comienzo de Pascua.
*A causa de la pandemia, la tradición de bendecir la comida Pascual en Sábado Santo se desanima adentro, pero se puede coordinar bendiciones afuera según la discreción del párroco. Las directrices de la pandemia para la Vigilia Pascual incluyen la omisión de la preparación y prendimiento de la Fogata Pascual y la distribución de velas a la congregación; La bendición de agua solo debe ocurrir con una cantidad pequeña de agua bendita que se puede disponer con reverencia después; no debe haber agua en las fuentes, y la liturgia bautismal debe incluir la renovación de promesas bautismales si no hay elegidos presentes para el Bautismo.Los párrocos harán otros ajustes provistos según las directrices diocesanas.*